Ecumenismo del papa Francisco y la nueva era de acuario unidos en adoración a LUCIFER!

El ecumenismo halonado a través de la iglesia católica por los jesuítas, orden a la que pertenece el papa Francisco y quienes son los verdaderos creadores de la masonería con el único fin de DESCRISTIANIZARNOS.

Un material excelente que nos da la visión sobre esta pagana adoración disfrazada a la que nos está llevando Francisco mediante el culto a la virgen que no es ninguna virgen María sino el mismo Lucifer!….

Aunque el video ya tiene unos años circulando, no habla precisamente del papa Francisco pero sí que nos aclara mucho el papel de la orden jesuíta a la que el papa pertenece, una orden luciferina para nada cristiana

Click para ver aquí la entrada relacionada con el papa Francisco y su culto a la virgen deSATANudos http://nuevoordenmundialreptiliano.blogspot.com/2013/03/francisco-magia-gaia-y-el-culto-lucifer.html

2 comentarios sobre «Ecumenismo del papa Francisco y la nueva era de acuario unidos en adoración a LUCIFER!»

  1. La adoración de la diosa madre todavía existe
    Según la Encyclopædia of Religion and Ethics, el escriturario W. M. Ramsay razona que en “el siglo V la honra que se daba a la Virgen María en Éfeso era [una forma reavivada] del viejo culto pagano que se daba a la Virgen Madre en Anatolia”. El Diccionario teológico del Nuevo Testamento declara: “Las representaciones católicas de la ‘madre de Dios’ y de la ‘reina de los cielos’ son posteriores al N[uevo] T[estamento] y, por otra parte, tienen antecedentes en religiones orientales más antiguas. […] En el culto a María que aparece posteriormente se encuentran muchos vestigios de los cultos paganos de la madre y de la virgen divinas”.
    Esos vestigios son demasiado numerosos y detallados para que sean casualidad. No se puede negar la similitud que existe entre las estatuas de madre e hijo de la Virgen María y las de diosas paganas, como Isis. Los centenares de estatuas e iconos de la Virgen Negra en iglesias católicas de todo el mundo no pueden dejar de traer a la memoria la estatua de Ártemis. La obra Théo—Nouvelle encyclopédie catholique dice lo siguiente de esas Vírgenes Negras: “Parece que han sido un medio de transferir a María lo que restaba de la devoción popular a Diana [Ártemis] […] o Cibeles”. Las procesiones del día de la Asunción de la Virgen María también tienen como prototipo las procesiones en honor de Cibeles y Ártemis.
    Los títulos mismos que se dan a María nos recuerdan a las diosas madres paganas. A Istar se la aclamaba como la “Santa Virgen”, “Señora mía” y “la madre misericordiosa que escucha las oraciones”. Tanto a Isis como a Astarté se las llamaba “Reina del Cielo”. A Cibeles se la denominaba “Madre de todos los Benditos”. Todos esos títulos, con ligeras variaciones, se aplican a María.
    El Concilio Vaticano II fomentó el culto de la “Santísima Virgen”. El papa Juan Pablo II es muy conocido por su fervorosa devoción a María. Durante sus extensos viajes, siempre aprovecha la oportunidad para visitar santuarios marianos, incluso el de la Virgen Negra de Czestochowa, en Polonia. Encomendó el mundo entero a María. Por eso no sorprende que bajo “Mother Goddess” (Diosa madre) The New Encyclopædia Britannica escriba: “El término también se ha aplicado a figuras tan distintas como las llamadas Venus de la Edad de Piedra y la Virgen María”.

  2. Los orígenes de la creencia
    “En varias religiones antiguas —indica el sacerdote jesuita Ignace de la Potterie— la virginidad tenía un valor sagrado. A algunas diosas (Anat, Artemis, Atenea) se las llamaba vírgenes.” Pero ¿qué tiene esto que ver con María? El sacerdote católico Andrew Greeley explica: “El símbolo de María vincula al cristianismo directamente con las religiones antiguas de las diosas madres”.
    El profesor de historia eclesiástica Ernst W. Benz comenta sobre esta conexión con las antiguas religiones paganas. “La veneración de la madre de Dios —escribió él en The New Encyclopædia Britannica— recibió su ímpetu cuando la Iglesia Cristiana llegó a ser la iglesia imperial bajo Constantino y las masas paganas acudieron a la iglesia a raudales. […] La piedad [de las personas] y su conciencia religiosa se habían formado por miles de años en torno al culto de la ‘gran madre’ diosa y la ‘virgen divina’, desarrollo que remontaba hasta las antiguas religiones populares de Babilonia y Asiria […] A pesar de las presuposiciones poco favorables en la tradición de los Evangelios, la veneración en forma de culto de la virgen y madre divina halló dentro de la Iglesia Cristiana una nueva posibilidad de expresarse mediante la adoración de María.”
    Pero ¿qué impelió a la Iglesia Romana a adaptar y adoptar el culto de la “gran madre” diosa y “virgen divina”? En primer lugar, las “masas paganas” que acudían a la iglesia lo deseaban; se sentían en su ambiente estando en una iglesia donde se veneraba a la ‘gran madre virgen’. “En Egipto —indica el profesor Benz— a una fecha temprana, ya se adoraba a María bajo el título de ‘la que da a luz a Dios’ (Theotokos).” Por eso, el culto de la “virgen divina” se adoptó para complacer a las “masas paganas” que estaban acudiendo a la iglesia a raudales.
    Se dio ímpetu a la veneración de María en el primer Concilio ecuménico de Nicea en 325 E.C. ¿De qué manera? Bueno, allí se hizo de la doctrina de la Trinidad una enseñanza católica oficial, pues el credo de Nicea declaraba que Jesús era Dios. Esto supuestamente hacía de María “la que da a luz a Dios”, o “madre de Dios”. Además, como dijo el profesor Benz: “El Concilio de Éfeso (431) elevó esta designación a una norma dogmática”. El próximo paso fue hacer de María una “virgen perpetua”. Este se dio cuando se otorgó a María el título de “virgen eterna” en el segundo Concilio de Constantinopla en 553 E.C.

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