Aunque es el nuevo reallity de la televisión española, no se trata simplemente de un programa de televisión llamado SOUL OUT (alma fuera), lo que vemos aquí es abiertamente lo que estamos viendo en el mundo actual, y todo que ver con el tema parasitación walk-in, que entregues voluntariamente tu alma a cambio de cosas, y a cambio… alguien entra en tu cuerpo…. un simple jueguito?

La tele vende su alma a España

 

Dicen que todo el mundo tiene un precio. Que hay quien está dispuesta a pactar con el diablo o, incluso, vender su alma para lograr lo que ansía. Por ejemplo, Bart Simpson tasó su alma en cinco dólares y se la vendió a Milhouse. Eso sí, días después se arrepintió e hizo todo por recuperarla. Para quienes no tengan remordimientos o sepan sin ambages cuánto vale su alma, la televisión abre la subasta: un reality en el que los participantes venden su alma a cambio del coste económico de aquello que más desean.
Se trata de un formato del grupo español Secuoya, que ayer fue seleccionado en el marco del Mipcom -el mercado audiovisual más importante del mundo- como uno de los formatos más llamativos y originales del mundo para la consultora The Wit, presentados durante la conferencia Fresh TV. Se trata, además, de la única propuesta española seleccionada
Soul Out, que allí se llama el formato, reta a los participantesofreciéndoles aquello que más puedan ansiar (el viaje de su vida, saldar una deuda, la experiencia de poseer el coche de sus sueños o conocer a su ídolo) a cambio de un pago único que les suponga renuncia, esfuerzo y superarse.
«Desde Secuoya, estamos trabajando por presentar un catálogo que cubra todos los géneros, targets y franjas de emisión. Queríamos trabajar con historias de verdad para dar con un programa que emocionase, involucrase al público y diese espectáculo a partes iguales. ¿Y si los participantes estuviesen tan determinados a conseguir su sueño que estuviesen dispuestos a desprenderse de lo más valioso que tenemos? De este modo, tenemos las historias personales de los concursantes, sus deseos y todas las peticiones que hace la audiencia en tiempo real desde la aplicación del programa después de haber comprado el alma de su concursante favorito. Es ahí donde se da el conflicto, donde se genera el contenido», explica a este diario Raúl Berdonés, presidente de Secuoya.
Una de las grandes apuestas del formato, amén de la idea, es lainteractividad: la audiencia participa por medio del sistemasoulfunding y a través de una appaportando dinero para ese alma. Los beneficiarios tienen que ofrecer algo a cambio a los inversores por lo que éstos podrán pedir que hagan lo que ellos decidan.
«El mayor reto era trabajar con un concepto tan abstracto como es el alma. Nuestra obsesión ha sido bajar la idea a tierra y convertir el mito de Fausto en un reality donde tanto los concursantes como la audiencia tengan la sensación de estar perdiendo o comprando algo: el alma. Queríamos alejarnos de cualquier connotación religiosa, literaria o mefistofélica. Aquí el concursante vende y la audiencia compra. Ya está. El programa es una mera herramienta para que el concursante pueda alcanzar su objetivo», desgrana Berdonés.
Fuente: http://www.elmundo.es/television/2014/10/14/543c15ea22601d3a498b457a.html

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