Se trata de una experiencia ovni ocurrida en los años 70 en España, una experiencia que talvez nos deja ver los adelantos tecnológicos hace más de 40 años, relacionada con tecnología de punta que nos asombra en nuestros días con los famosos drones, que hasta hace unos pocos años solo era posible que existieran en las películas de ciencia ficción como por ejemplo en Obliviom cuyo protagonista es Tom Cruise y de la que ya comentamos en un post dedicado a algunos símbolos de la película.  http://nuevoordenmundialreptiliano.blogspot.de/2013/04/oblivion-tom-cruise-mensaje-illuminati.html

Esta historia se remonta a  los años 70 en las cercanías del aeropuerto militar de Recajo, oficialmente casi sin actividad, en aquella época se vieron tantos OVNIS que hasta el mismo diario ABC llegó a publicar un artículo titulado ¿Una base de OVNIS en la Rioja?. El aeródromo de Recajo entre Algoncillo y Arrubal que se especula podría ser una posible base extraterrestre.
aeropuerto de la Rioja visto con google maps



Hablar de drones pequeños hace 40 años atrás talvez era imposible y el que se hablara de algún dron en este tiempo hubiera sido tildado de loco, y a la gente le hubiera sonado eso más bien como a ciencia-ficción, no obstante, lo narrado por el testigo que resulta ser un seminarista, podría ajustarse a la descripción de uno de  estos aparatos que se ven hoy en día ya volar por todas partes no solo para cubrir eventos televisivos sino para espionaje… en este y muchos otros casos de avistamientos… serían realmente drones en lugar de…. los ya conocidos ovnis?.




Todo empezó en la noche… como muchas otras experiencias similares

El 21 de junio de 1972, Javier Bosque, un muchacho de 20 años, nacido en Zaragoza y estudiante de sacerdocio, había estado grabando unos ensayos de guitarra, en su grabadora que la tenía  a un costado de su cama.

Por la noche cuando Javier se hallaba tendido en ella puso su radio transistor en marcha, se puso a leer un libro con un suave fondo musical. La noche avanzaba y la emisora dejó entonces de emitir, pero como tiene la costumbre de poner el transistor a un volumen muy bajo, los posibles ruidos de interferencia no le molestaban, por lo que sobre las dos de la madrugada siguió con el aparato en marcha y leyendo tranquilamente.

Javier Bosque

De pronto, le pareció observar que la luz de la habitación ha aumentado algo en su intensidad. Su sorpresa es mayor al notar un fuerte resplandor tras las hojas entornadas de la ventana, descartando de inmediato la posibilidad de un farol o una broma. El foco de luz es potente y esta centrado completamente, penetrando la fuerte luminosidad por entre las dos hojas y el espacio entre estas y el marco.

Su extrañeza se convierte en temor al darse cuenta de que la ventana se esta abriendo con lentitud, dejando paso a un objeto luminoso que se dirige recto hacia el centro de la abertura de su alcoba. Avanza despacio, como a dos metros del suelo de la habitación, sin ruido, sin chisporroteo, ni zumbido alguno. 

Se quedó un momento parado a la misma altura de entrada al pie de su alcoba.

La luz es vivísima, hiere los ojos del azorado testigo, que aterrorizado por la presencia alucinante del aparato, toma la única acción defensiva que se le ocurre, se cubre hasta medio rostro con las sabanas. El objeto inicia un descenso en vertical, quedando parado nuevamente como a 40 cm. del suelo. Javier Bosque es un joven vivo de palabra, ágil de mente y que da una sensación de sinceridad, no solo porque procede de un ambiente puritano, muy católico, sino porque se trata de un hombre culto, con buen sentido analítico y buenas dotes de observación.

Medio deslumbrado, Bosque no aparta sus ojos semicerrados del ovni, temeroso de una agresión, pues era algo increíble, que desafiaba a la misma razón por su aspecto y comportamiento. Siente la necesidad de hacer algo. Sabe que desde la entrada del aparato en la habitación, el transistor ha empezado a producir unos pitidos extrañamente agudos, y que con toda probabilidad, si pone en marcha el grabador, este grabara todos los sonidos. 

Saca entonces su brazo por debajo de las sabanas, aprieta el botón correspondiente, se retira a su posición primitiva y espera.

Reconstrucción

Este es el momento aproximado en que el ovni inicia su descenso buscando una posición mas baja en la habitación. Alcanzada esta nueva altura, y tras un momento de inmovilidad, el objeto inicio una fase explorativa, mediante un rayo que alargó hasta el transistor primero, para seguir con el grabador. 

Una vez retirado el haz de luz, el artefacto volvió a ascender a la altura de dos metros y luego de unos segundos de suspensión, inicio su marcha recta hacia la ventana donde desapareció.

Javier Bosque pudo apreciar que el objeto una vez en la calle ascendía hasta perderse de vista. La forma del ovni era ovoide con unas medidas aproximadas de 0,50 metros de diámetro mayor, por 32 ó 32 cm. De altura o diámetro menor, poseía volumen y era completamente liso, metálico. El rayo luminoso pareció en su primer momento, como una prolongación del aparato. Solo una cosa le distinguía de la masa del ovni, sus límites no vibraban como los del aparato, sus características eran mas compactas que la luz común. 

Era algo sólido, concreto, con límites bien determinados. Salió con una lentitud exagerada, como la antena de un caracol, su avance fué lento y recto, con una ligera inclinación hacia arriba. 

http://lacaraocultadelosovnis.blogspot.de/2012/07/un-microdrone-en-espana-en-1972.html

Un comentario en «Ovnis o DRONES los años 70´s?: La experiencia ovni de un seminarista»

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