El oncólogo italiano Tulio Simoncini sostiene que el cáncer es una enfermedad infecciosa provocada por hongos -concretamente por cándidas- y se cura aplicando de la forma adecuada simple bicarbonato sódico diluido en agua destilada porque basta alcalinizar la zona del tumor para contrarrestar el entorno ácido en el que se desenvuelve y detener así su crecimiento. Dilución que puede ingerirse pero también aplicarse por vía intravenosa y, en los casos más complicados, cuando se quiere llegar rápidamente cerca del tumor, utilizando los mismos métodos clínicos que se usan habitualmente para la exploración de cavidades y órganos. 

Para él los tumores no son en realidad sino mecanismos de defensa creados por el organismo para defenderse de la infección por esos hongos en un intento de encapsularlos y luego destruirlos. Lo que según él demuestra el hecho de que sea imposible observar en vivo un tumor –sea en la pleura, en los ganglios, en el colon, en el útero o en el hígado- sin encontrar siempre colonias de cándidas. 


En suma, para Simoncini la mejor manera de afrontar un cáncer es poner bicarbonato sódico en contacto con los tumores. Tan estrechamente como sea posible. Mediante la administración oral para el aparato digestivo, enemas para el recto, duchas vaginales para la vagina y el útero, una inyección intravenosa para el pulmón y el cerebro o la inhalación para las vías respiratorias superiores. Los senos, los ganglios linfáticos y los nódulos subcutáneos deben ser tratados con perfusión local. 

En cuanto a los órganos internos pueden ser tratados con bicarbonato sódico usando catéteres adecuados situados en las arterias (del hígado, páncreas, próstata y extremidades) o en las cavidades (de la pleura o el peritoneo). Obviamente conociendo las dosis adecuadas y observando las reacciones porque cada paciente es diferente y debe tenerse en cuenta que la regresión de las colonias del tumor se produce entre el tercer y cuarto día y el colapso entre el cuarto y quinto por lo que seis días de administración suele ser suficiente. Simoncini explica que por lo general un ciclo completo y eficaz se compone de seis días de tratamiento y seis días libres, repetido cuatro veces.


¿Y por qué si lo que afirma es tan fácilmente constatable no se ha comprobado siquiera por los oncólogos? Según el propio Simoncini por una razón muy simple: los tratamientos del cáncer con bicarbonato sódico son muy económicos. Según cuenta un tumor de vejiga se puede tratar por 100 euros y un cáncer de piel –melanomas incluidos- por 20. Y con un 95% de éxito. La ponencia que ofreció, tan arrolladora como impactante, se dictó durante el III Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer que se celebró en su día en Madrid (España) bajo el patrocinio de la WORLD ASSOCIATION FOR CANCER RESEARCH (WACR) y la revista española Discovery DSALUD.


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