La inteligencia emocional es la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás dirigiéndolas y equilibrándolas. Para su creador, además de la inteligencia emocional, hay inteligencia social, inteligencia abstracta que sería la habilidad para manejar ideas; y la inteligencia mecánica que sería la habilidad para entender y manejar objetos.
Este término de inteligencia emocional es algo controvertido y cada vez se hace más popular, no solo a nivel empresarial para ayudar a mejorar la «productividad» sino sobretodo sino también… en la nueva era donde cada vez menos mayor énfasis en este tipo de técnicas que nos ayudarán a encontrar la calma sosegando nuestras emociones, nos dicen que todos estos niños índigo que están surgiendo por ahí desde los 70´s tienen una elevadísima inteligencia emocional y son unos chicos con enormes capacidades especialmente relacionadas con la oratoria y un gran poder de convencimiento y manipulación.
Usted se rendiría a los pies de un tirano que lo trate mal o talvez a los pies de un tirano que sepa manejar la inteligencia emocional y sepa cómo hacer que usted haga lo que él quiere sin que usted siquiera se entere de que está siendo manipulado? talvez ya usted lo esté haciendo y ni se esté dando cuenta, ya que estos personajes además de la inteligencia emocional utilizan la programación neurolingüística, una técnica muy usada para influir en la mente de las personas, técnicas de control mental básicamente.
“Cuando las personas perfeccionan sus habilidades emocionales, son mejores manipulando a otros”..Adam Grant, profesor de la escuela de negocios Wharton
El siguiente es un artículo interesante que encontré en relación de la inteligencia emocional, la cual tiene también un lado oscuro del que nadie suele hablar:
En opinión de Adam Grant, profesor de la escuela de negocios Wharton, ha llegado el momento de que maticemos el concepto de Inteligencia Emocional, como ha explicado en un revelador artículo publicado en The Atlantic, “gracias a la aparición de métodos de investigación más rigurosos, hay un creciente reconocimiento de que la inteligencia emocional, como cualquier habilidad, puede ser usada para el bien y para el mal”.
Adam Grant
Si vamos a enseñar Inteligencia Emocional y la vamos a desarrollar en el trabajo o en la rama que sea, asegura Adam Grant, “tenemos que considerar qué valores se asocian a ella y dónde es realmente útil”. Grant no duda que la Inteligencia Emocional es importante, pero asegura que, debido al entusiasmo con que se ha abrazado el concepto, hemos olvidado su lado oscuro: “Cuando las personas perfeccionan sus habilidades emocionales, son mejores manipulando a otros”. Será este el caso de los famosos índigos y gurús de la nueva era?… el caso de tiranos y dictadores mundiales? incluso… su propio jefe?
inteligencia emocional y meditación?…
Las ciencias sociales han empezado recientemente a preocuparse por este lado oscuro de la Inteligncia Emocional. Según ha estudiado Jochen Menges, profesor de comportamiento organizacional de la Universidad de Cambridge, cuando un líder da un discurso inspirado, y con gran carga emotiva, es más probable que la audiencia no se pare a analizarlo y, de hecho, recuerde menos del contenido, algo que recuerda a lo que vivieron los alemanes durante el ascenso del nazismo. Menges ha bautizado este fenómeno como el «efecto asombro«
niño índigo MAtías de Stefano convenciendo con su inteligencia emocional y programación neurolingüística a los incautos nueva era para que abran portales dimensionales
usando su inteligencia emocional para que aprobemos la guerra
Cuando una persona de tendencias maquiavélicas tiene además una gran Inteligencia Emocional puede llegar a lo más alto a base de pisar a todos sus compañeros…. casos los hemos conocido con resultados nefastos… Hitler, Carlomagno, Napoleón, Obama, Putin, etc, etc, etc
Francisco usa la inteligencia emocional y la programación neurolingüística para influienciarnos y que aceptemos el ecumenismo luciferino de la nueva era, la religión única del nuevo orden mundial
Los líderes que manejan a la perfección las emociones pueden robarnos nuestra capacidad de raciocinio. Esto puede ser fatídico en lo que respecta a la política, hay cientos de ejemplos y ninguno bueno, pero también puede ser un problema en los entornos laborales: por ejemplo cuando una persona de tendencias maquiavélicas tiene además una gran Inteligencia Emocional puede llegar a lo más alto a base de pisar a todos sus compañeros.
En un estudio dirigido por la psicóloga de la Universidad de Toronto Stéphane Côté, un grupo de empleados rellenó una encuesta para saber hasta dónde llegaban sus tendencias maquiavélicas y, acto seguido, realizó una prueba en la que se medía su efectividad para manejar las emociones. Tras esto, el equipo de Côté evaluó con qué frecuencia los empleados saboteaban deliberadamente a sus colegas. Eran las personas con mayor Inteligencia Emocional las que llevaban sus ideas maqueavélicas a la práctica y las que incurrían en los comportamientos más perniciosos. En definitiva, si estamos rodeados de trepas, mejor que su Inteligencia Emocional sea escasa.
Aquí es donde viene lo interesante y que es lo que vemos comúnmente en relación a las empresas donde comúnmente se está capacitando al personal precisamente en estos temas de inteligencia emocional al igual que . En un trabajo reciente, los psicólogos Dana Joseph, de la Universidad Central de Florida, y Daniel Newman, de la Universidad de Illinois, realizaron una revisión de todos los estudios publicados sobre la relación entre Inteligencia Emocional y rendimiento en el trabajo: cientos de investigaciones, con testimonios de miles de empleados, en 191 empresas distintas. Y, sorpresa, la inteligencia emocional no aparecía asociada a una mayor productividad.
En algunos entornos laborales, en los que no existe una gran demanda emocional, una mayor Inteligencia Emocional está directamente relacionada con un menor rendimiento.
Recientemente Grant realizó una investigación en una empresa de asistencia sanitaria para conocer cuánto tiempo empleaba cada trabajador en ayudar a sus colegas y clientes. No encontró ninguna relación entre la Inteligencia Emocional y la propensión de los empleados a echar una mano. “Nuestra predisposición a colaborar depende de nuestra motivación y nuestros valores, no de nuestra habilidad para entender y manejar las emociones”, asegura Grant.
Con base a esto podríamos concluir que la inteligencia emocional no nos hace mejores personas ni más sensibles a los problemas de los demás y mucho menos nos hace más propensos a ayudar a los otros, por el contrario, todo lo que pueda brotar de nosotros, bueno o malo tendrá gran influencia primeramente los valores que tengamos y que nos hayan sido transmitidos durante nuestra infancia y aprendizajes de la vida. Por lo demás, si nuestros líderes manejan a la perfección la inteligencia emocional y la programación neurolíngüística, si los gurus religiosos manejan esto también a la perfección, no nos queda más que entender cómo funciona esto para no dejarnos caer en sus manipulaciones, que como vemos estas tienden a que aceptemos cosas como el ecumenismo religioso a través de la nueva era y para lo cual han encargado a los famosos niños índigo y a través de la política y la religión.
Cuando se encuentre frente a un líder como estos, preste atenta atención!
Fuente Hitler, los trepas y el peligroso lado oscuro de la inteligencia emocional http://bit.ly/1cVlDfN