El Gobierno venezolano ha modificado parcialmente la política de control de cambios que rige desde hace más de una década, y que preveía una (recientemente varias) paridades fijas entre el dólar y el Bolívar.
Desde ahora, se incorpora un nuevo mercado, que fluctuará con menos restricciones, con el cual el Gobierno pretende detener la presión sobre la de devaluación del bolívar y comenzar a desandar lo que se ha calificado como «guerra económica» sobre Venezuela.