Este video está en italiano, aunque no sepan italiano creo que es medio fácil de entender y bueno, atentos a esta otra historia que nuevamente nos deja ver el fenómeno walk-in. Sean Seller era un chico fascinado por el ocultismo.
Cuando tenía 6 años este chico comenzó a escuchar voces en su cabeza, en ese entonces creyó que toda la gente también las oía. Sufría drásticos cambios de humor que lo llevaban de la alegría y la euforia a la depresión extrema casi suicida, y vivía un extremo vacío emocional por la situación que vivió en su niñez de la separación de sus padres y el hecho de que siempre estaba al cuidado de otras personas y no de sus padres. Vacío que llenó cuando se unió a un pequeño grupo, una secta que se reunía en ocasiones a practicar sacrificios con muñecas, algo como el vudú y que usaban para desafiar a los adultos.
Se extraía sangre que guardaba en el refrigerador y que luego bebía, luego empezó a consumir drogas para que le ayudaran a guardar la vigilia en sus rituales nocturnos. Empezó a soñar luego con mutilaciones a personas y matando a sus padres. Seller cuenta que constantemente invitaba a seres espirituales a entrar en su cuerpo y ahí escuchaba esas extrañas voces en su cabeza que le daban órdenes.
Esas voces comenzaron a decirle que disparara en la clase y que los matara a todos, cuenta que gracias a esas posesiones llegó a un punto tan pero tan extremo que sentía un profundo vacío, una gran ausencia de emociones. A los 16 años, una noche de 1985 tomó un arma prestada y con la que horas después matarían al dependiente de un supermercado por negarles la compra a Sean y sus amigos de unas cervezas.
Un año más tarde escribió un texto en su escuela en la cual hablaba de las maravillas que había aprendido en el satanismo y de las emociones que se sentían de matar a alguien.
Al día siguiente bajo las órdenes mentales de estos seres demoniacos, se dirigió sigilosamente al cuarto de su madre quien dormía plácidamente con su nuevo esposo. Satanás ya había dictado la sentencia de muerte a ellos dos, después de disparar, Sean se quedó mirando a ver cómo ambos morían y se reía siniestramente.
A pesar de haber organizado una coartada para aparentar que la muerte de sus padres obedeció a un atraco, la verdad salió a la luz, y a pesar de la intervención incluso de la unión europea, la organización de amnistía internacional, psiquiatras, padres afectados por la muerte de sus hijos en extrañas circunstancias, personas que conocían del fenómeno de posesión demoniaca y de la gravedad del ocultismo que vieron la similitud de este asesinato con otros asesinatos que ocurrían especialmente en celebraciones satánicas, no valió de nada, ya que se le dió la pena mayor que puede existir, la pena de muerte, fué ejecutado con una inyección letal
Como se puede ver, el fenómeno walk-in tiene alcances insospechados