La santería es una secta proveniente del paganismo y que contiene diversos ritos espiritistas satánicos, pero atenuados con apariencia benevolente gracias a su fachada católica que ha hecho que la mayoría de sus seguidores ni sospechen de la terrible realidad tras estos cultos.
La Santería pretende fingir un culto católico de devoción a los santos, pero en realidad es una forma oculta de idolatría y servidumbre a entidades demoníacas. La Santería incluye rituales paganos como sacrificios animales, sesiones adivinatorias, pero lo que más se lleva a cabo son los trances y canalizaciones que pretenden la posesión de santeros padrinos y ahijados de espíritus malignos… entidades demoníacas.
La santería es una práctica muy extendida en toda Latinoamérica, en USA y Europa, tiene equivalentes con ligeras variantes: el Voodoo (Haití), el Macumba (Brasil), el Shangó (Trinidad), todas las cuales se derivan de ritos tribales africanos e invocación de entidades milenarias.
La palabra «santería» se deriva de «santos», pues el santero invoca a una deidad africana («orichas»), pero finge estar invocando a la Virgen o a un Santo católico.
Surge la Santería al ser trasplantados a América los esclavos negros provenientes de la cultura «yoruba», que traen consigo sus cultos a deidades de la magia africana. Al no querer someterse plenamente al cristianismo, camuflaron sus ídolos buscando en las imágenes y estatuas cristianas algunas que se pudieran adecuar a su culto pagano. Así sucedió, por ejemplo, con Santa Bárbara, virgen y mártir de los comienzos del cristianismo. Su atuendo rojo con espada en la mano -signos de su martirio- ofrecía elementos característicos para «Changó» deidad masculina yoruba. Católicos y cristianos comparten con la santería el culto por estas deidades «santificadas» por el Vaticano.
Y esto mismo han hecho con cada una de las deidades de los ritos yorubas: «Ochún», deidad africana que es la mujer sensual, dueña del agua dulce, que viste de color amarillo, se asocia a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la Santísima Virgen Patrona de Cuba.
Aquí vemos al mago satanista Jorge Bergoglio, conocido como Francisco I, rey del Vaticano rindiendo culto a la entidad satánica conocida como Oshún, el demonio del agua, la entidad más invocada en los cultos satánicos de la santería, en segundo lugar san Lázaro, que nada tienen que ver con la virgen madre de Cristo ni con personajes bíblicos y que son usados para enmascarar la realidad del satanismo que de allí emerge.
Las fiestas de las deidades yorubas las han hecho coincidir con los días que el calendario litúrgico católico dedica a los santos que ha tomado de pantalla para sus ritos paganos la Santería.
En realidad los santeros siguen haciendo lo mismo que sus antecesores yorubas: fingiendo un culto católico, pero en realidad están rindiendo culto a ídolos.
En este siguiente testimonio conoceremos aspectos de la santería que poco se comentan en otro tipo de testimonios también de santeros y que tiene que ver con el control de la mente usando traumatismos físicos a sus víctimas, la práctica de la pedofilia, las terroríficas amenazas bajo las que siempre están sometidos sus adeptos y el terrible miedo con el cual las entidades demoníacas manipulan a las personas. Se trata de Adriana Sangronis quien vivió una iniciación demoníaca disfrazada de santería.
Adriana Sangronis nos cuenta cómo se adentró en la santería gracias a un amigo al que todo en la vida le salía como a pedir de boca, exitoso laboral y familiarmente, no podía más que sentirse envidia de su grandiosa vida. Cuando Adriana le preguntó sobre su gran secreto, él respondió… que todo se lo debía a «Dios»…. cuando Adriana le preguntó sobre ese «Dios», su amigo responde… la santería. Fué a través de su amigo que se adentró en este mundo misterioso que ella desconocía totalmente y fué así como arrancó siendo «ahijada».
Adriana comenta cómo tiempo después su exitoso amigo quería hacer un viaje pero sencillamente no podía hacerlo por cuestiones de la santería, algo que claramente nos muestra que la santería se basa en el control mental y espiritual de las personas lo vemos en este caso con mayor claridad, ya que su amigo quería irse de viaje pero tenía que entregar primero una ofrenda y esperar la «autorización» del padrino y de las entidades demoníacas que lo guían, en muchas ocasiones la persona no puede llevar a cabo sus deseos como realizar un viaje cualquiera, si estos no coinciden con los deseos de las entidades demoníacas que lo protegen, como fué el caso de su amigo que al desobedecer tanto al padrino como a los bichos demoníacos, perdió la vida junto con la de su «exitosa y unida familia».
Adriana nos cuenta cómo se manipula a las personas a través del miedo, así como sobre sus antiguos padrinos de la santería entre los cuales había un gay, un pedófilo ‘(que era un santero al cual los adeptos tenían que llevar sus hijas de 12, 13 años para que él las ayudara a convertirse en mujeres) y que sirvieran de «escudo» para poder obtener el poder y protección que el «padre» (satanás) les dará. El tercer maestro babalao o padrino era un tipo que le gustaban las orgías y quien aunque nunca le pidió a Adriana Sangronis participar en una de ellas, sí le pidió que le diera a su hija mayor para que participara en las mismas.
No falta que Adriana lo comente, esto es pan de cada día! familias enteras metidas en la santería, padres entregando a sus hijos sin cuestionarse que todas estas prácticas son satánicas y que aunque ellos creen que lo hacen por el bien de la familia, está primando un deseo egoísta que muchas veces ellos mismos ni se plantean, así sencillamente entregan a sus hijos a merced de gays, pedófilos y practicantes de orgías para obtener poderes, dinero, reconocimiento e incluso fama como muchos personajes importantes de la farándula, la música, el cine y la televisión.
Adriana cuenta cómo ella siempre luchaba internamente para no entregar a sus hijos a estos santeros, por lo menos ella se negaba, y cuando un babalao le pedía eso, sencillamente se buscaba otro…o intentaba persuadirles de no darles a sus hijos, cosa que otros padres no llegan a hacer. Aunque todos sus maestros le insistían que ella era una «elegida» y que si quería ascender en sabiduría y poderes, tenía que ceder dando a sus hijos para que deleitaran sexualmente a sus padrinos santeros, si quería recibir todas las «bendiciones» de Satan le tenía preparadas. Y dice que Satanás porque después de su iniciación fué que se rasgó el velo y cayó el disfraz de la santería, mostrándole a ella lo que esconde la santería en todo su esplendor, la verdad que le es vetada aún a los ahijados, que el verdadero Dios de la santería no es otro que Satanás.
Adriana cuenta además cómo la santería divide a las familias, en su caso particular cuenta cómo luchaba con su madre que era cristiana y a quien le lanzaba hechizos porque no quería dejarla vivir la santería a plenitud. Según sus padrinos santeros babalaos, ella debía matar a su madre pero ella solo le aplicaba fuertes hechizos que al final de cuentas no terminaban funcionando porque la madre siempre invocaba un poder superior que impedía que los hechizos lanzados por su hija santera y sus padrinos babalaos le hicieran efecto.
Para Adriana esas oraciones de la madre, ocasionaron que todo empezara a salirle mal ya que ella no solo no había entregado a sus hijas a los pedófilos santeros sino que aún no usaba los escudos que le había pedido Satanás.
Así mismo al consultar con sus babalaos el por qué de su «mala suerte», ellos respondían que era porque en su casa alguien invocaba un poder mucho más fuerte que todos los dioses y santos, un ente contra el que ninguno de ellos, ni el babalao más poderoso podía luchar.
Adriana no sabía todavía a qué ente se referían los hechiceros y quedó sorprendida al ver que sus babalaos le dijeron que ni Satanás podía contra él.
Esos babalaos le dijeron que ese ente la reclamaba a ella y para ella era increíble entender que su madre aún sin ser muy religiosa y con solo orar desde su casa, estuviera cubierta por un poder tal que ni siquiera satanás ni ningún santero podía contra él, y fué el momento en que dijo al babalao que ese era su último minuto como bruja santera y cuenta que en ese instante ese babalao fué poseído y empezó a reirse con tres voces distintas mientras las 3 voces le decían que si ella se había olvidado del pacto de sangre que ella había hecho con ellos durante su iniciación, que si ella se había olvidado de su renuncia a ese ente poderoso que invocaba su madre al pronunciar las extrañas palabras en otras lenguas (de la brujería), la trataron de persuadir para que ella no invocara a ese ente al que su madre oraba porque sencillamente no era digna y no la iba a escuchar ni a perdonar su traición
Adriana llegó a su casa entonces a romper todas las cosas que tenía en su casa que tenían que ver con sus amuletos, santos y brujería y estaba triste por haber perdido todos esos años persiguiendo esa vida fácil sin esfuerzo, de obtener dinero fácil usando el poder de la hechicería, sintió que fué engañada durante todos esos años, pérdida de tiempo y dinero, ya que así como le llegaba buen dinero, así mismo tenía que ofrendar a Satanás.
Sin embargo su salida de la santería no iba a ser tan rápida y fácil, su babalao le dicta la sentencia que ha dictaminado Satanás a través de la lectura de los caracoles, Satanás la castigaría por su traición.
Según el babalao satanás le iba a mandar una prueba por un año, en el cual ella podría arrepentirse de su decisión de dejar la santería o atenerse a las consecuencias, Satanás la sentenció a que iba a quedar sin trabajo, se iba a enfermar del estómago y que iba a morir en un quirófano. En ese momento ella le dijo que si era tan poderoso que no esperara un año y que lo hiciera de una vez.
Fué así como empezaron a aparecer gusanos en todos los alimentos y en su casa que en la noche la atormentaban mientras ella dormía, así como la aparición de las voces de los demonios que le retumbaban en su cabeza y le decían insistentemente que se matara, esto para inducirla a cometer suicidio.
Todos sus familiares, hijos, esposo sufrieron las consecuencias de su acto de rebeldía contra satanás, incluso los perros de sus vecinos y de sus hermanos murieron inexplicablemente. A los 5 días los dolores de estómago empezaron de manera terrible y ella con su temor de morir como satanás le dijo que moriría en un quirófano acudió al médico, quien le dictaminó una rara enfermedad que estaba consumiendo su intestino.
Sin dinero y aún en su estado espiritual, se sometió a la operación de estómago y durante la operación tuvo una experiencia cercana a la muerte que le hizo comprender sus limitaciones humanas y la trascendencia de la vida en espíritu, una experiencia que le permitió ver a su walk-in que la tuvo durante años sometida a la brujería. El resto pueden verlo ustedes mismos en el testimonio
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